Los Deep eran profundos no sólo de nombre. Su peculiar relación merecía la envidia sana de los que les veían cada noche detrás de la barra o subidos a un escenario. Poco sabían los demás de su permanente tira y afloja.
Double Beauty adoraba el ritmo y su obsesión por el orden desordenado la condenaba a amar el bajo. Este instrumento presidía su vida y su casa. Lo podías encontrar en cualquier rincón, incluso en el baño, como un animal de compañía que no deja pelos en la alfombra. "Mi bajo y yo, rozando clítoris es que el roce hace el cariño, o escuece si es a pelo", solía resumir mi amiga. Un poco de punk-rock, una gota sexy vaquera en su torso y una sonrisa en sus caderas, a juego con la de sus ojos, la convertían en la mitad de un equipo que se completaba con su desbordante agilidad mental y verbal. Cómo no iba a volver loco a Deep Heart.
Deep, como Beauty lo llamaba con un dulce acento que prolongaba la i, amaba la batería y, además, era muy bueno con las baquetas. Formarían un excelente equipo, pero jugaban en formaciones distintas. Cada uno tenía su grupo y su estilo.
Él oía música todo el tiempo en su cabeza. Se despertaba con un tantantaaaan, caminaba hacia al baño a compás 2/4 y acompasaba el ritmo de la orina en la ducha al Bad Time de The Jayhawks.
http://www.youtube.com/watch?v=j3bewWCG5EA
No perdía el compás, pero a veces se le iba la cabeza, como aquel día en que salió del baño y Beauty divertida le dijo:
- ¿Vas a tocar vestido de Batman o de Superman?
- Eh?, dijo él
- Pero empanadita, no ves que llevas los calzoncillos por encima de los pantalones.
-Ah!, respondió Deep y continuó su camino hacia la puerta de salida. A veces se perdía sin querer.
Era un experto en música y en músicos y por eso le mandó un mensaje a Beauty para que conectase su iPhone a Spotify para escuchar Harvest Moon de Neil Young. Un romántico con cáscara de alcornoque que le decía a su chica que esa noche había luna llena. Ella tocaba en una localidad cercana y él ya la estaba echando de menos en el bar, a su lado.
http://www.youtube.com/watch?v=ADUC4l6t3Bk
Tardó un par de horas en responder. Beauty debía estar probando sonido con el resto de las chicas del grupo, pensó entretanto repasaba un repertorio de grupos tranquilos con la clientela.
Ella le llamó para agradecerle el tierno detalle. "My darling, he estado escuchándola y he aguado el reposadito. Mortadelita, ¡qué regalo tan bonito!".
Se sentía comprometida y necesitaba compensarle de alguna forma. Olvidó por unos segundos la subida de adrenalina que siempre le embargaba minutos antes de subir al escenario y optó por jugar a ser perraca.
- Sabes que tengo poderes telequinésicos, amor, porque puedo levantártela sin tocarte.
Deep lanzó una carcajada y dijo "tu contraregalo sí que está a la altura, la ha elevado incluso". Fue entonces ella la que no pudo reprimir la carcajada.
- A veces dejo la empanada en casa. No voy a estar todo el día comiendo y comiendo, concluyó Deep su alarde de ingenio.
- Eres mi hombre perfecto, a veces te empezonas un poco, pero todo lo compensas por las mañanas cuando me traes el periódico en una mano, el desayuno en la otra y los seis donuts....Te dejo que empezamos ya. Ah! conecta tu iPhone que te dedico una canción de la Joan Jett.
Se adoraban tanto como se hacían sufrir mútuamente.
http://www.youtube.com/watch?v=AMbx4LcBb5k
El podía decirle eso de "esta madrugada voy a-marte", aunque sabía de antemano que Beauty diría "por mí como si te vas a Saturno, yo tengo para un par de horas con esta gente del grupo y no me voy a casa. Espérame allí".
Probablemente al día siguiente sería él el que se liase hasta el amanecer. Tenía concierto. Así que se dio media vuelta y se giró antes de marchar para decirle a Beauty, con toda la profundidad de su mirada, "te estará esperando un desayuno maravilloso, puede que ni lo probemos".
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