Double Beauty y R.R. vieron amanecer fumándose a medias el último cigarrillo rubio que les quedaba. La lluvia había parado y desde el borde del acantilado en el que estaba estacionado el descapotable sólo se veían el mar y el sol en un cielo radiantemente azul.
R.R. se limpió las posaderas al levantar su culo del capó y le dijo a su amiga: sube que te llevo. Y arrancó. Beauty se arrojó por encima de la portezuela del copiloto con agilidad, pese a que lo suyo era la carrera de fondo y no el sprint.
El subidón de adrenalina fue doble: por la brusca aceleración y por las bofetadas que les daba en el rostro el fresco aire marino matinal. Los altavoces retumbaban con el Nah Neh Nah de Vaya con Dios
http://www.youtube.com/watch?v=7LUm-E4GPU8
Y Beauty sólo tenía una certeza: Deep Heart estaría esperándola cuando llegase a casa.
R.R. tenía cara de cansada y Beauty se negó a dejar que se marchase:
-No te escapas, que nos debes un desayuno y una merienda cena. Da igual en qué casa, la tuya, la nuestra. Que descanses lindo ser.
Pasaba de las cinco de la tarde cuando se reanudó la actividad en casa de los Deep. R.R. enredaba ya en la cocina. Había hecho un brunch a base de tortitas americanas con sirope de chocolate y nata, café, tres zumos y unos huevos revueltos con tomate y queso enmental.
Hubo abrazos tiernos y piquitos de buenos días entre los tres y R.R. se pilló primero la ducha a cambio del desayuno-merienda.
-Deep aféitate antes de darme un beso. No sé cómo te aguanta Beauty. Explícame por qué llevas la cabeza rapada y la barba no. ¿Qué trabajo te cuesta seguir con la maquinilla hacia abajo?.
- ¡Dios!. Deduje que estabas por el olor a comida recién hecha, pero no puedo responderte a ese tipo de planteamientos cuando aún no me he tomado el café. Voy detrás de tí al baño, dijo Deep.
- De eso nada. Tengo prisa, así que hazme sitio que cabemos perfectamente ambas. Deep te toca tercero y no rezongues que te pones irresistible y....., concluyó Beauty.
Estos son mis principios, si no te gustan, no tengo otros. No. No te pongo una copa más grande ni más pequeña, pero por el mismo precio te digo que cuando llegaste te bebiste una copa; la siguiente te bebió ella a ti y ahora el alcohol bebe al alcohol, y no estoy dispuesto a que te entres en riesgo de alta combustión, dijo Deep Heart a uno de los clientes habituales, que esa noche no tenía prisa por regresar.
- El que abusa de un líquido no se mantiene mucho tiempo sólido, apostilló Heart, contagiado irremisiblemente por la verborrea de su pareja y amiga.
Mientras, Beauty parecía encantada con un grupo de amigos. Se había sentado por fuera de la barra y en ese momento decía:
- La confusión es clarísima: Yo no sufro de locura, la disfruto y punto. Por cierto, sólo alguien que haya comido ajo puede darnos ahora una palabra de aliento. R.R. ven aquí, pleeeease. ¿Conoces al vocalista de "La Perdición"? . ¿No te suena?.
R.R. abrió un bolso con forma de pequeño ataúd y le dio un pañuelo de papel negro a Beauty. "No me suena, pero toma por si a ti sí. Todo lo que os puedo decir es que a Gardel le gustaban los tangos. A mi, los tangas como el de aquel tío de allí. ¿Alguien tiene una moneda para la hucha?".
Disfrutaban con este tipo de tonterías y R.R. a veces se llevaba la palma de oro.
-"Miras a los ojos a alguien y puedes verle las entretelas. En cambio, cuando no le veas los ojos, no te fíes. Posiblemente esté de espalda". Los consejos de la amiga de los Deep a veces no eran ni consejos, pero siempre desconcertaban. Ahora estaba diciendo a sus amigos que no entendía por qué la gente se peinaba diariamente y, por ejemplo, no se arreglaba el corazón con la misma frecuencia.
-Pues sí que tienes razón, y qué peluquero es bueno para lo del cuore, ¿dices?, respondió otra tan tonta como a veces le gustaba aparentar ser a R.R..
Cuando esa noche vio entrar en el local a su vecinita, la Joselyn, no pudo evitar un respingo. Beauty estaba hermosa, como siempre. No había punto de comparación con la guapa pija. A esta última parecía faltarle un hervor, justo el que Deep Heart quería darle.
Venía la vecinita aupada en tacón y luciendo pierna y escote. R.R. no pudo resistirse. Se le plantó al lado y le soltó un ¿vienes sola?, que sonó a Humphrey Bogart agónico.
-Ah! Eres tú, R.R.. Gracias por las rosas del otro día. Se las dí a mi tortuga y le encantaron. Creo que han sido mano de santo para su obstrucción intestinal. Eres un cielo. No sólo me devuelves las rosas sino que me las preparas para curar a mi Daisy. Con el envase le he hecho una piscina para bebés tortuga, por si tiene descendencia.
-¿Tienes macho para aparearla?
- ¡Qué vulgar para mi Daisy!. Y yo que sé si se aparea o no.
- Claro, claro. La que ahora no se aparea eres tú. Está tu chico fuera me han dicho. Has hecho bien en venir, ya sabes que un ser humano puede ser feliz con cualquier otro mientras no se amen, y tanto tú como yo podemos alegrarnos la vida, hoy al menos, con otros de nuestra especie. Tu objetivo veo que ya está fijado.
- No hay ningún lugar más triste que una cama vacía, reflexionó Joselyn.
- Tienes toda la razón. Pero recuerda a Shakespeare: "no ensucies la fuente que te da de beber" y que conste que desde hace muy poco estoy de acuerdo con ser infiel, pero jamás desleal. Yo nunca fui infiel, porque siempre carecí de pareja. Como mucho las 48 horas que me pasé con un nubio en un camarote de ferry. Fue mi relación más larga y la verdad es que cuando íbamos por el vigésimo orgasmo ya me empezaba a cansar. Lo nuestro no pudo seguir por agotamiento mutuo y no sé si se le puede llamar pareja. Dos éramos, en eso no he perdido la cuenta.
- Puede que los hombres engañen más que las mujeres. Quién me dice que mi Charles no está ahora disfrutando tanto del sexo libre como de la beca Erasmus. Pero las mujeres los sabemos engañar mejor.
- Vuelvo a estar de acuerdo contigo y eso me empieza a preocupar. Sin querer me enteré de que tonteas con mi amigo Deep y él contigo y hoy vienes con ganas de tirártelo. Apresúrate lentamente, querida.
Beauty te deja el camino libre y yo me voy con ella a pedir al servicio de habitaciones una suite más grande.
Deep Heart no se extrañó cuando vio salir a las dos amigas, después de la charla que le había soltado R.R. a la Joselyn. No sabía si a consecuencia de la misma la tendría en el bote o todo lo contrario. Pronto se dio cuenta de que la rubia pija le hacía luz de gas y él no tuvo más remedio que romantizar el ambiente con música menos rockandrolera y luz regraduada a tenue.
Cuando se quedaron a solas, Deep bajó la persiana metálica hasta el fondo y empezó a acariciar a la rubia.
-"Al amor, al baño y a la tumba se debe ir desnudo, decía Jardiel Poncela. ¿A cuál quieres ir primero?
- Me da igual el orden de factores, pero quizá me puedas enterrar encima de la barra.
http://www.youtube.com/watch?v=Kz4uWgdRJ6I
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