jueves, 23 de diciembre de 2010

Deep Deep HUEVOS CON CORAZÓN

Capítulo XVII



Beauty había abierto sus ojos en lugar de cerrarlos. Sí. Definitivamente estaba enamorada de ese hombre- tortura-hombre. Le estaba proponiendo un más allá en su grado de compromiso y ella pensaba que se lo había dado ya todo, y tampoco se quejaba de lo recibido. Excepto por lo de los cuernos que, de testuz a punta de pitón, no le quedaban tan mal.

Desde un ligero duermevela, Deep barruntaba el paso que acababa de dar. La sinceridad a veces es cruel, pero para él era necesario restablecer la confianza en sí mismo y que Beauty se la pudiera volver a tener, aunque sabía que era una aspiración a ganar a pulso, por ambas artes. No quería renunciar a ella, y sabía que tenía que elegir ya. Por eso había dado la zancada. Había conseguido llegar a la otra parte del barranco en dos saltos. Ella le amaba y él no podía ser otra cosa que feliz.

Beauty estaba radiante, llena de una ilusión renovada. Al trastero con lo antiguo y sin preocuparse del mañana, que irremediablemente llegará a la hora debida.
Quería despertar a Deep para decírselo y lo hizo a besos. Comenzando por el dedo gordo del pie derecho, el que siempre sobresalía fuera de los pies de la cama, y siguió disfrutando hacia arriba mientras le acariciaba la otra pierna. La piel de Deep mostró el efecto de las ternuras y también otras partes de su anatomía que incendiaron a Double Beauty de forma automática. Era irresistible para ella, sobre todo cuando llegó a su cabeza y la sumergió en sus Montañas Rocosas.
- Despierta, Mortadelita. Voy a hacerte unos huevos reponedores antes de pasar a la acción. Le dijo llenándole la boca y la cara de besos.
A Deep le volvía loco ese olor a huevos con una gotita de aceite y con la yema para mojar....pan, que preparaba Beauty. Le horrorizaban los huevos con puntilla. "Eso es de viejas, para poner encima de la pantalla plana", pensaba. "Los huevos tienen que ir a pelo, sin encajes ni puntillas de los cojones".
Y a eso se reduce la vida: una mujer que te quiera en la cama y fuera de ella y que se preocupe por tu estómago, pensó. Pero Beauty era más, mucho más que ese típico; era más que una mujer, era parte de su vida, parte de él mismo. Por eso tenía que empezar por respetarse, para no hacer más daño.
Estaba decidido. Aunque pretendía demostrárselo a ambos después de cumplir el tópico: Antes comerse los huevos y después jugar con ellos, en ese orden. Y en eso estuvo de acuerdo Double Beauty.
Ella había puesto el corazón en los huevos y él se encargó de ponerlo en el resto. Agotados, hambrientos e incapaces de acercarse a la nevera, durmieron aún un par de horas, para asegurarse de hacer bien la digestión.


Beauty abrió un ojo por encima del hombro de Deep que mantenía abrazado, para ver la hora del despertador. Activó el chip antistress y balanceó como en un arrullo a su Deep.
Se levantaron después de un largo beso-abrazo que les sirvió para desperezarse y buscarse las cosquillas mútuamente. Desde la ducha Beauty pidió toallas y mientras frotaba la espalda de Deep le dijo al oído: "Traes loca a R.R.. Joselyn se lo ha dicho y ella, tontita mía, lo ha venido a reconocer implícitamente".
- ¿Por qué me dices esas cosas?. ¿Quieres guerra, pequeña?. Pues echa más madera que esto va a empezar a arder. Ya te he dicho que ahora las cosas las haremos juntos, incluidas las colateralidades. Un pacto es un pacto y yo no pienso incumplirlo, respondió Deep apretándola contra su cuerpo por la espalda.


R.R. intuía que a esa hora los Deep estarían despiertos y deseaba dejar resuelta la cuestión, de una vez por todas. La vergüenza de ella era mucha, pero más la amistad que unía a los tres.
No le daba miedo, ahora, afrontar que Deep le ponía. Pero no era una cuestión sexual o carnal. No era una atracción feromónica de esas brutales que se asemejan a un par de cabras apareándose.
Era un deseo de encontrar a su propio Deep, gentil, comprensivo y, sobre todo, que la amase como él hacía con Beauty. Encontrar a un macho cabrío era lo más fácil del mundo, pero unicornios azules ya no quedaban, como tampoco sapitos que se convierten en príncipes. Por eso admiraba, más que envidiaba a los Deep.
Deep le atraía no sólo por su estética. Adoraba el gesto de su mentón cuando algo le parecía divertido; su forma de jugar con las palabras y con las ideas; la valentía de trabajar, sin dar codazos, por lo que sabía que quería y su confianza en que las cosas tienen que salir bien porque no hay motivos para lo contrario.
Había aprendido a quererlo como era, igual que a Beauty, y no entendía por qué se distanciaban como pareja, si no podían estar el uno sin el otro.

Sin embargo, en el trayecto hasta el Deepland apartamento se había dado cuenta de que Double Beauty también le daba morbo. Era una mujer preciosa, de eso no cabía duda y congeniaban a la perfección, sólo les faltaba la cama para ser pareja completa, o más bien trío, -incluyendo a Deep Heart- como ya lo habían sido en tantos requiebros divertidos y no tanto, de la vida.
Por eso ahora intentaba comprender la sinrazón de las infidelidades mútuas de los Deep y no se escandalizaba de que el sexo para que sea bueno, tiene que ser sucio, como dicen Woody Allen y Double Beauty.
























La amiga de los Deep había abierto la nevera antes de salir de casa y anotó mentalmente que tenía que hacer compra. Cogió el último huevo y lo estrelló sobre el mármol blanco. Le pareció haber roto un corazón, el suyo. Pero realmente lo que pasaba es que había abierto el corazón. El suyo.
Beauty sabía que a R.R. no le importaría tener una aventura con Deep, pero también debía estar segura de que nunca lo haría porque, además de amigas, hasta su propio nombre -deontología vital en ella- lo indicaba claramente: R.R..
Por tanto, Deep, en este momento también lo sabría. Mirarles a la cara iba a ser como comer chili, así que decidió maquillarse para que se le notase el rubor lo menos posible.
Cuando llamó al timbre de los Deep y le abrió Deep Heart en camiseta de rayas negra a juego con el calzoncillo. "Buenas piernas y mejor culo", se le escapó el pensamiento a pesar del autocontrol que ejercía sobre sí misma.
Le echó la culpa a la falta de descanso en la larga madrugada, pero en el fondo sabía que su moral se la había reconcomido la vecinita de abajo, la que sí había hecho lo que ella deseaba y nunca se hubiese atrevido y además había descubierto que tanto Deep como Beauty le atraían por igual. Eran seres afines a ella misma, pero ¿también para el sexo?. Nunca se lo había planteado hasta que esa maldita Joselyn y el maldito camino a pie hasta Deepland revolucionaron su cabeza. Lo único claro ahora es que tenía que decirles las cosas a la cara y evitar posibles malos entendidos.
Beauty se acerco a ella por la espalda y le puso en la mano un reposadito y otro en la de Deep, al tiempo que les daba un beso en los labios, primero a la invitada y después a su presunto marido.

Tenía que decírselo a ambos Deep porque se había dado cuenta de que ésta era su verdad. Había vuelto a caer del guindo, como decía Beauty.
http://www.youtube.com/watch?v=GQq4UEL__DI

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