jueves, 4 de noviembre de 2010

Empezando.......

Hey!!!!!! Aquí comienza una historia que pretende entretener mientras pasa el tiempo. Una cortina de humo entre nosotros y la realidad.

PON UNA BOLA DE DISCOTECA EN TU VIDA!!!

        Me ha contado una amiga querida que ha tenido un accidente cuando llevaba un par de semáforos encima y varios tequilas, vamos que si se la miraba bien empezaba a asomar el sombrero mexicano, por encima de la cabeza. Pues la amiga se tomó esos famosos combinados rojo-amarillo-verde, además de compartir reiterados brindis de confraternidad a la salud de Chavela Vargas. Tequilazos cual latigazos en las gargantas resecas.

En un momento lucido pero sin lucidez, la amiga optó por escapar corriendo del local de copas para evitar dejar el coche e irse en un taxi al que ya estaban llamando por teléfono los supuestos maduros y responsables de la pandilla.

No fue en un semáforo, bastó una rotonda para que el coche de la querida amiga fuese a parar contra un vehículo camuflado tras el monolito "a los Héroes de Africa". Mi amiga, con las prisas, se había olvidado de encender las luces de "Rita", el coche más necesitado de un tunning que circula por carreteras y senderos de España. Rita llevaba delante del asiento del copiloto una enorme bola de discoteca de esas de pequeños cristalitos que, milagrosamente, salió ilesa del alcance, al igual que querida amiga.

Se echó las manos a la boca, para cerrarla y evitar el aliento a alcohol, y buscó un chicle en el bolso, mientras se acercaba uno de los dos ocupantes del coche con el que acababa de chocar en la curva de la rotonda y que no había visto parado en el carril interior.
- Perdón.¿Está usted bien? ¿Y su acompañante?
Querida amiga se deshizo en disculpas y se acercó a ver al otro ocupante que en ese momento estaba abriendo la portezuela del vehículo para apearse. Le dio un vuelco el corazón. Estaba segura de que aquellos dos eran pareja. Había un algo en el ambiente, en la intimidad que desprendían que la hizo sospechar y, casi al mismo tiempo, tener certeza de que ambos hombres altos y aseados mantenían una estrecha relación. Les bastó una mirada para enterderse y el que estaba más cerca transformó su significado en palabras

-¿Se encuentra bien?, vaya parece que se han estropeado sus focos, se ha quedado sin luces, a nuestro coche no le ha pasado nada, pero tenemos que dar parte igualmente. Si le parece llamo yo a la Policía.

Querida amiga se quedó sin habla. No le había dado tiempo a salir de su asiento del coche y temía que si se incorporaba demasiado rápido los semáforos podrían mezclar sus colores en la boca del estómago y....De hecho estaba notando como si el verde intentara aflorar para decirle, curiosamente, ¡no te muevas, perraca!. Tendría que esperar una señal del rojo para bajarse. El pensamiento pasó cual estrella fugaz mientras el brillo de su cola se fundió con el de una placa metálica que aquel hombre sostenía en la mano, mientras el eco de una voz no tan lejana arrastraba las palabras "somos policías de paisano". Con razón había pensado que aquellos dos eran pareja.
-¿Para qué has llamado entonces a tus amiguitos?, caviló y apretó los dientes para que la siguiente pregunta no saliese a borbotones entre restos de semáforos y tequilas ¿Pensais hacer una fiesta o una reunión de tuppersex?.
La Policía Local llegó al momento, sin huelgas que la demorasen, por esta vez, y los agentes miraron aviesos a sus compañeros de la Nacional.
_¿Qué hacíais parados en la rotonda y sin luces?. Y no habéis puesto los triángulos en la carretera para evitar más colisiones. No, si habrá que enseñaros a conducir.... A ver, ¿no hay heridos?. El local poli tenía cara de pocos amigos y gesto adusto.

Querida amiga aprovechó la coyuntura para bajar a comprobar los desperfectos de Rita y se le doblaron las piernas. Pudo apoyarse en  la puerta, al tiempo que profería un sonido gutural de dolor. Se había torcido un tobillo. Los agentes seguían enzarzados en la discusión sobre si podían o no darse información sobre su presencia en la rotonda durante un servicio secreto.
- Efectivamente, no llevaban luces y yo no los pude ver, además el monumento resta visibilidad y este coche oscuro, camuflable..... Vamos que el accidente era inevitable, si no llego a ser yo sería otro coche. Tenemos suerte de que no nos haya pasado nada porque yo iba superdespacio, como se ve. Fíjese, no hay daños en el coche de esos agentes tan descuidados.- Concluyó su parrafada del tirón y sintiendo los efectos frescos del chicle en su boca. Se sentía capaz de caminar firme y segura, como las compresas con alas, pero no lo intentó. Tenía que zanjar el asunto.
Señores, en vista de que tienen que trabajar todos ustedes y yo también, es mejor que desalojemos la zona. Les dejo el teléfono de mi seguro -dijo mientras escribía en un papel un número inventado así como el resto de las señas de identidad- y mis datos. Ahora me tengo que ir. Es el día de la Patrona de la Guardia Civil y ¿ven esa bola de discoteca?, pues es parte del decorado de la fiesta que organiza el comandante para los jefes del resto de las fuerzas de seguridad de la ciudad y, como ven, son las dos de la mañana y aún está sin colgar.
¿No querrán que les echen la culpa a ustedes?- les lanzó a bocajarro mientras aceleraba la marcha atrás y abandonaba la zona quemando rueda y dejando olor a ferodo.